Tras haber seguido el trabajo de ambas empresas durante años, estaba especialmente impaciente por ver cómo esta segunda edición enmarcaría la conversación sobre el Atlántico como corredor digital estratégico. Y no defraudó.
La ceremonia de apertura, dirigida por Ivo Ivanov, fue tan inspiradora como siempre. Su presencia en el escenario siempre transmite una energía que trasciende la tecnología, recordándonos que la infraestructura digital es, en última instancia, una cuestión de conexión humana. Acompañados por los directores generales fundadores y Sandra Maximiano, de ANACOM, el debate giró en torno a por qué es importante la iniciativa Convergencia Atlántica y qué significa realmente ser fundador. Sus reflexiones dejaron clara una cosa: el Atlántico ya no es una frontera geográfica, sino un espacio compartido de innovación, colaboración y responsabilidad.
Créditos: TPN; Autor: Paulo Lopes; 
A lo largo del día, el programa ofreció una notable secuencia de perspectivas que exploraron cómo la inteligencia artificial, la seguridad y la estrategia se entrecruzan en la región atlántica. Laura Galante, de WestExec Advisors, ofreció una aguda visión geopolítica del panorama digital, mostrando cómo la estrategia y la ciberinteligencia conforman el equilibrio de poder en el mundo interconectado de hoy. John Harrington, de Nokia, llevó la conversación a los fundamentos tecnológicos de esta transformación, explicando cómo la IA está impulsando el crecimiento exponencial de la conectividad y la infraestructura que la sustenta.
Cuando Ivo Ivanov volvió para pronunciar su discurso, la sala volvió a cambiar. Su charla, "AI for Everything, Everyone, and Everywhere" (IA para todo, para todos y en todas partes), captó cómo la inteligencia artificial ha dejado de ser un dominio especializado para convertirse en un ecosistema compartido que necesita modelos abiertos, neutrales e impulsados por la comunidad. Introdujo el concepto del triángulo de conectividad digital e instó a la industria a garantizar que la IA sea accesible, segura y escalable para todos.
Créditos: TPN; Autor: Paulo Lopes; 
Lo que siguió fue una cascada de sesiones que invitaron a la reflexión: Zaid Kahn, de Neuron Factory, esbozando la arquitectura de una infraestructura preparada para la IA, José Luis Arnau, de Nostrum, posicionando a Iberia Occidental como el nuevo centro de datos a hiperescala de Europa, y Fernando Borges de Azevedo, de Start Campus, presentando a Sines como la pasarela soberana de IA del continente. Cada ponencia reforzó la idea de que el Atlántico se está convirtiendo en una red de inteligencia viva, impulsada por la colaboración y la sostenibilidad.
Al escuchar estas voces globales, no pude evitar pensar en cómo encaja Portugal en esta historia. De la tecnología al sector inmobiliario, de la conectividad al capital, Portugal es ahora una puerta de entrada estable, innovadora y abierta a Europa. Se ha convertido en un punto de encuentro entre continentes, donde convergen datos, energía y ambición humana.
Al término de la jornada, me marché con una renovada sensación de optimismo. Lo que antes era un océano que dividía mundos es ahora el puente que los conecta. El Atlántico se ha convertido no sólo en una ruta de la historia, sino en la espina dorsal de nuestro futuro digital.
            







