"No, no puedo decir que el riesgo de tsunami sea bajo. El peligro es bajo (...) debido a la tectónica de la zona", declaró Rachid Omira a Lusa al término de una visita de periodistas al Centro de Alerta de Tsunamis de Portugal, en el IPMA.
El experto explicó que, en comparación con la zona del Pacífico, donde los terremotos son muy frecuentes, puede decirse que "el peligro de un tsunami en la costa portuguesa es bajo debido a los periodos de retorno de los grandes terremotos".
Omira señaló que para que se produzca un terremoto similar al de 1755 -que fue uno de los más mortíferos de la historia, con una magnitud cercana a 9 en la escala de Richter y seguido de un tsunami- hacen falta "más de 1.000 años", pero, advirtió, "eso no significa que no pueda ocurrir mañana".
Hay "varias" fallas tectónicas cerca y, "ciertamente, una de ellas ya se rompió en 1755, pero las otras podrían romperse en cualquier momento", especificó.
Según el experto, en Portugal se identificaron tsunamis en 1941, debido a un gran terremoto que se produjo en la Falla de Glória, en la Zona de Fractura Azores-Gibraltar, y en 1969, debido a un terremoto de magnitud 8 en la misma zona que el de 1755.
Fue "un tsunami pequeño", pero "se registró en toda la costa portuguesa", dijo, llamando la atención sobre "otros tsunamis de origen no sísmico", como "el de Madeira y las Azores, debido al hundimiento de los flancos de las islas volcánicas".
El Centro Portugués de Alerta de Tsunamis existe desde 2017, habiendo sido reconocido por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2019.
Alertas
Desde que está operativo, ha emitido varias alertas, "pero solo para informar (...) de que no había gran riesgo de impacto costero."
En el centro se detectan diariamente unas dos docenas de seísmos, pero sólo se informa de la posibilidad de tsunami en aquellos cuya magnitud mínima es de 5,5.
Como parte de la región del Atlántico Nororiental, Mediterráneo y Mares Adyacentes (NEAM), el centro portugués también tiene que alertar a los países de toda la costa atlántica nororiental, incluidos España, Marruecos, Francia, Reino Unido, Alemania, Grecia, Italia y Turquía. La red está gestionada por el COI.
Además de estaciones sísmicas terrestres y mareógrafos a lo largo de la costa para vigilar la actividad sísmica y el comportamiento del mar, se está instalando un cable submarino con sensores que conectará Portugal continental y los archipiélagos de Madeira y Azores.
Estos sensores serán "capaces de detectar el tsunami antes de que la ola llegue a la costa", ya que los mareógrafos por sí solos sólo pueden confirmar un tsunami una vez que llega, añadió Rachid Omira.





