El estudio apunta a una conclusión central y sorprendentemente optimista. Portugal tiene condiciones reales para crecer más del 3% anual en los próximos años. No se trata de una vaga predicción, sino del resultado directo de profundas transformaciones de la economía portuguesa.

Todo empieza con tres motores fundamentales del crecimiento. El primero es el conocimiento. Cuando un país consigue incorporar más conocimiento a la economía, gana productividad, y esto representa, por sí solo, cerca de un 1% de crecimiento anual. El segundo motor es el aumento de la población activa. Portugal ha vuelto a atraer personas, talento y profesionales que quieren instalarse aquí. Se ha invertido así una tendencia al envejecimiento y al estancamiento. El tercer motor es la inversión. Cuanto mayor es la intensidad de la inversión, mayor es el impulso económico.

En los últimos años, estos tres elementos se han alineado como nunca antes. El país se ha convertido en un destino atractivo tanto para especialistas altamente cualificados como para trabajadores de sectores esenciales. La inmigración ha superado con creces a la emigración, añadiendo cada año más de 100.000 personas a la población residente, la mayoría de las cuales se integran en el mercado laboral. Esto supone por sí solo alrededor del 1% del crecimiento económico anual.

Al mismo tiempo, Portugal ha invertido mucho en la cualificación de su mano de obra. La enseñanza superior creció, atrajo a estudiantes e investigadores internacionales y reforzó el capital humano. Hoy, el país está por encima de la media europea en varios indicadores de cualificación, algo impensable hace dos décadas.

Pero hay más. Portugal combina tres ventajas estratégicas poco comunes: energía más barata que la media europea, excelente conectividad digital y una posición geográfica que lo convierte en punto de conexión entre continentes gracias a los cables submarinos que llegan hasta la costa.

En los sectores agrícola y forestal se ha producido una transformación silenciosa pero profunda. La productividad se ha disparado gracias a infraestructuras como Alqueva y a un uso cada vez más inteligente del agua. A ello se añade el hecho de que Portugal es líder mundial en corcho, está a la cabeza de las exportaciones de aceite de oliva y cuenta con un sector vitivinícola altamente competitivo.

El estudio también identifica cuatro áreas clave de inversión para la próxima década: salud y biotecnología, centros de competencia de multinacionales, economía digital y cloud, y defensa con tecnologías avanzadas como los drones.

Portugal, según este análisis, no sólo está siguiendo a Europa. Se está posicionando para liderar en varias áreas. Y cuando combinamos talento, innovación, estabilidad y condiciones estructurales únicas, el resultado es claro. El país lo tiene todo para crecer constantemente por encima del 3% y convertirse en uno de los campeones económicos de Europa.