La compra del centro de datos de Covilhã por Asterion Industrial Partners por 120 millones de euros es uno de estos casos. Este negocio no es sólo una transacción financiera entre dos empresas. Es otra clara confirmación de que Portugal se está convirtiendo en un activo estratégico en el mapa europeo e internacional de los centros de datos.

La entrada de Asterion en el mercado portugués se produce en un momento especialmente simbólico. El mundo está experimentando una explosión sin precedentes en la demanda de potencia de cálculo, impulsada por la inteligencia artificial, el almacenamiento masivo de datos y la digitalización de prácticamente todas las industrias. Donde hay datos, hay crecimiento. Donde hay infraestructura de datos, hay inversión. Y es exactamente ahí donde Portugal empieza a asumir un papel cada vez más relevante.

El centro de Covilhã cuenta actualmente con 6,8 megavatios de capacidad instalada, pero lo que despierta el verdadero interés de los inversores es su potencial de expansión. El campus puede crecer hasta 75 megavatios con nuevos módulos y alcanzar unos 175 megavatios en terrenos adyacentes ya electrificados. Esto sitúa esta infraestructura a un nivel que la posiciona no sólo como un activo nacional, sino como una pieza con relevancia europea.

La ubicación de Covilhã es otro de los grandes activos. Está a medio camino entre Lisboa y Oporto, fuera de los grandes centros urbanos, con costes más competitivos, pero con excelente conexión a la red nacional e internacional. Además, el centro puede servir tanto a empresas portuguesas como a operadores europeos de inteligencia artificial que necesiten computación de alto rendimiento. Es precisamente este perfil híbrido el que atrae hoy a grandes fondos internacionales.

Asterion identifica claramente los factores que hacen atractivo a Portugal. Energía a precios competitivos, un sistema energético cada vez más basado en las renovables, una de las redes de fibra óptica más avanzadas de Europa, una buena conectividad terrestre y un entorno reglamentario estable. Estos son exactamente los criterios en los que se fijan los grandes inversores a la hora de elegir dónde invertir cientos de millones de euros.

También es relevante saber que Altice Portugal seguirá siendo el principal cliente del centro, a través de un contrato a largo plazo. Esto da seguridad, previsibilidad y estabilidad financiera al proyecto, factores esenciales para quien invierte en infraestructuras críticas. No se trata de especulación. Es una inversión a largo plazo, alineada con la transformación digital de la economía.

Este movimiento de Asterion se suma a otras señales que venimos observando. Los grandes operadores internacionales no pierden de vista a Portugal. El país ha dejado de ser un mero consumidor de tecnología para convertirse en un productor de infraestructuras tecnológicas. Se trata de un cambio estructural en nuestra posición económica.

Durante décadas, Portugal ha buscado su relevancia industrial. Hoy se encuentra cada vez más en lo digital, la energía, la tecnología y la conectividad. Los centros de datos son el corazón de esta nueva economía. Y Covilhã forma ahora parte de esta red estratégica.

Portugal se está convirtiendo en un centro de datos fiable para la inversión internacional. Este acuerdo es un paso más en ese camino. Un camino que podría, en los próximos años, situar al país en el centro de una de las infraestructuras más críticas del siglo XXI.