"Quiero anunciar que (...) vamos a pedir al Gobierno que bloquee y suspenda la reagrupación familiar que se piensa realizar en los próximos meses", anunció André Ventura.
El derecho a la reagrupación familiar está establecido en la legislación portuguesa para quienes hayan obtenido un permiso de residencia válido en Portugal, y pueden solicitar la entrada y estancia en el país de familiares.
A la pregunta de si no consideraba una situación humanista que cualquier persona que entre legalmente en Portugal y tenga permiso de residencia pueda traer a su familia, André Ventura respondió que esta cuestión "debería haberse planteado antes".
"No deberían haber entrado. Y ahora lo hacen, vienen familias y, por lo tanto, podemos pasar de un millón y medio a dos millones de inmigrantes en pocos meses, para que la gente tenga esta idea. Esto es insostenible", argumentó.
Ventura argumentó que la suspensión de la reagrupación familiar "no tiene nada que ver con el humanismo, con ser aceptable o no", ni pretende "penalizar a nadie", sino garantizar que Portugal no se convierta en "un imán para la inmigración", acusando al Ejecutivo de ser ineficaz en este asunto.
A la pregunta de cuánto tiempo debería estar en vigor esta suspensión, Ventura respondió: "Hasta que hayamos resuelto la situación".
"Tenemos cientos de miles de personas cuya situación migratoria todavía no se ha resuelto, ni siquiera hemos conseguido expulsar a los que habíamos notificado que íbamos a expulsar... Es decir, ¿vamos a dejar entrar a más gente?", se preguntó.
Preguntado sobre si la petición de suspensión pretende abarcar a quienes entraron en Portugal con estatuto de refugiado, como los ucranianos, André Ventura distinguió entre quienes proceden de "conflictos visibles, notorios y comprensibles" y los inmigrantes por otros motivos.
"Una cosa son los que vienen de conflictos visibles, notorios y comprensibles, como es el caso de Ucrania (...) o las mujeres que vinieron de Afganistán. Nada de eso ocurre con las que están aquí: no son mujeres de Afganistán las que están aquí [en Loures], en los alrededores de Arroios o en el centro de Lisboa", dijo.
Ventura argumentó entonces que "por ahora, nadie debería acceder a la reagrupación familiar hasta que el país haya regularizado a medio millón de personas".
"Eso me parece obvio. No hemos regularizado a medio millón ¿y vamos a dejar entrar a otro medio millón?", dijo.
La semana pasada, la Agencia de Integración, Migración y Asilo(AIMA) advirtió de que el número de extranjeros aumentará con las peticiones de reagrupación familiar de los regularizados, y el ministro de la Presidencia, António Leitão Amaro, prometió moderación.
De las 446.000 solicitudes de manifestación de interés pendientes que había hace un año, unas 170.000 se dieron por concluidas por falta de respuesta de los solicitantes y 35 fueron rechazadas, pero los que vieron aprobada su solicitud tienen derecho a pedir la reagrupación familiar.
Una fuente oficial del gobierno declaró a Lusa que la reagrupación familiar estará limitada a la capacidad de la sociedad portuguesa para integrar a los inmigrantes.