Preguntado por los miembros de la comisión parlamentaria de Sanidad, el vicealmirante Henrique Gouveia e Melo comenzó afirmando que los 150 centros se abrirán el 11 de abril, pero dijo que "lo que está en juego es que estos centros funcionen desde principios de mayo".

Gouveia e Melo dijo que actualmente se están negociando los medios para la contratación del personal necesario para estas unidades, con un número estimado de 2.500 enfermeras, 400 médicos y 2.300 auxiliares.

Gouveia Melo dijo que los profesionales serán esencialmente del Servicio Nacional de Salud (SNS), pero que otros serán contratados fuera del SNS si es necesario.

"La idea es utilizar hasta el 20 por ciento de las enfermeras que están en la atención primaria de salud, como usted sabe hay 9.000 enfermeras, por lo que el 20 por ciento es 1.800 enfermeras y luego añadir a estos 1.800, las enfermeras que se necesitan y los recursos humanos que se necesitan para los puestos de vacunación rápida", dijo.

Según el funcionario, en los puestos de vacunación rápida, la eficiencia del proceso es cuatro veces mayor que la vacunación en los centros de salud normales.

"Con los mismos recursos humanos conseguimos tener una eficiencia mucho mayor en este proceso, además de la comodidad, además de la seguridad física, porque se hacen en espacios amplios y ventilados, lo que permite una mayor seguridad y distancia física", argumentó Gouveia e Melo.

El diputado del Bloque de Izquierda Moisés Ferreira consideró "un poco paradójico", en un momento en el que el Sindicato de Enfermería portugués dice que hay casi 2.000 profesionales en situación de precariedad con riesgo de ser expulsados del SNS, que el coordinador del grupo de trabajo diga que es necesario contratar a miles de profesionales, entre ellos enfermeros.

"Quizás aquí hay una solución evidente, que es no despedir a las enfermeras que están en situación de precariedad, sino darles un contrato digno y estable para que también puedan asegurar esa contratación", defendió el diputado bloquista.