Es muy posible que la mayoría de los inversores sigan favoreciendo a estos gigantes independientemente de los resultados financieros del trimestre anterior. Estos activos son tratados como una especie de salvavidas o ahorradores de dinero en el vasto océano en el que están sumergidos los principales índices bursátiles medios, como el S&P 500, el Nasdaq 100 y el Dow Jones Industrial.

De hecho, hay aún más crema en este pastel, ya que la multitud también puede centrarse en los informes del primer trimestre de Coca-Cola, PepsiCo y McDonald's en el segmento de consumo minorista, en las cifras de Visa, PayPal y Mastercard en el sector financiero, en la conocida empresa de reparto UPS, en la corporación aeroespacial Boeing, así como en los líderes de la industria petrolera ExxonMobil y Chevron. Las farmacéuticas Eli Lilly, Merck y AbbVie, el proveedor de maquinaria de construcción Caterpillar y los fabricantes de automóviles Daimler y Ford también compartirán sus resultados a finales de abril. Por lo tanto, podría llamarse literalmente un momento caliente con la mayoría de estas empresas en el punto de mira de la comunidad inversora. Sin embargo, si todo el mundo está ahora agitado en crema y cerezas, no es necesario que la multitud se coma el resto del pastel con el mismo apetito.

Los gestores de fondos tratan una amplia clase de activos bursátiles sin excesivo entusiasmo, y no hay explicaciones seguras de por qué. Tal vez, los nervios de todos están demasiado tensos por la espiral inflacionista en curso contra y el tercer mes de la guerra de Ucrania. China está luchando contra un brote de COVID-19, que también tiene la posibilidad de reducir la demanda y, por lo tanto, de contribuir a la recesión si el ciclo económico mundial puede convertirse en esa etapa tan desagradable en lugar de seguir recuperándose.

Todos estos supuestos podrían ser suficientes para que los futuros del mercado amplio S&P 500 cayeran a los niveles más bajos desde mediados de marzo. Incluso las grandes tecnológicas cayeron entre un 2 y un 5%. Esto sigue la lógica de peores expectativas, a pesar de que el 77,8% de las 99 empresas del S&P 500 que han comunicado sus beneficios para el primer trimestre de abril superaron las estimaciones de los expertos, es decir, por encima de una media del 66%. Las bolsas europeas siguieron moviéndose en la misma dirección negativa, ignorando la victoria de Emmanuel Macron en Francia, que puede dar cierta estabilidad a los mercados de la UE.

Parece que el futuro, que no tiene por qué ser sombrío todavía como un cordero llevado al matadero, domina por ahora el presente. Así pues, pronto se sabrá si la semana de informes corporativos será capaz de organizar un cambio cardinal o al menos un replanteamiento significativo en el sentimiento del mercado, o si la actividad inversora mantendrá su actual modo selectivo.

Alex Boltyan, analista principal de la empresa Esperio