"El gran proyecto estructurador de la Eurorregión [Galicia - Norte de Portugal], que es la alta velocidad, es algo que siempre quedará sobre la mesa hasta que se ejecute. Actualmente tenemos una meta objetiva, de 2030 o principios de la década de 2030 para que esté concluido", declaró a los periodistas el presidente de la CCDR-Norte, António Cunha.

Preguntado sobre si el proyecto será inmune a los cambios políticos tanto en Portugal como en España, el dirigente norteño dijo tener "la esperanza de que los cambios políticos no pongan en peligro lo que son proyectos estructurantes".

"Incluso por parte portuguesa hay una gran decisión que debe tomarse pronto, que es la confirmación de la solicitud portuguesa de fondos del CEF [Connecting Europe Facility] para infraestructuras de alta velocidad, y esto tiene que ocurrir en enero", recordó António Cunha.

El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, dijo también que la percepción en su territorio es que, "a pesar de los problemas y cambios políticos que pueda haber en Portugal, este es un compromiso serio".

"Para que sea un compromiso serio, nada mejor que poner encima de la mesa presupuestos, dinero y recursos públicos y hacer propuestas. La percepción es que, a partir de aquí, en Portugal, se hará. Y si se empieza y no se para, el año 2030 parece una fecha razonable", dijo el líder gallego.

El proyecto de alta velocidad Lisboa-Porto, con un coste estimado de unos 4.500 millones de euros, prevé una conexión entre las dos ciudades en una hora y 15 minutos, con posibles paradas en Leiria, Coimbra, Aveiro y Gaia.

Al mismo tiempo, también se está desarrollando la conexión Oporto-Vigo, dependiente de la coordinación con España, con una nueva conexión con el aeropuerto Francisco Sá Carneiro y el tramo Braga-Valença (distrito de Viana do Castelo).