"Moody's Ratings ha completado su revisión periódica de las calificaciones de Portugal [...]. Esta publicación no anuncia una acción de calificación", dijo en un comunicado.

La evaluación de Portugal refleja una economía competitiva y diversificada, niveles relativamente altos de riqueza, así como una gran fortaleza institucional.

Aún así, señalan que existen retos, como un elevado ratio de deuda pública en relación con la mayoría de los países con una calificación similar.

El documento también hace referencia a las elecciones legislativas, y la agencia de calificación financiera subraya que el aumento de la incertidumbre política no debería afectar significativamente a las tendencias económicas y fiscales de Portugal.

Moody's estima un crecimiento real del PIB -Producto Interior Bruto- del 2,2% en 2025 y del 1,9% en 2026, aunque señala que los aranceles estadounidenses pueden lastrar esta previsión.

Por otra parte, cree que habrá un sólido crecimiento económico y superávit presupuestario a lo largo de 2025-2026.

La perspectiva "estable" refleja que los riesgos están equilibrados.

Las tendencias más positivas a nivel económico y fiscal se ven penalizadas por inconvenientes como una demanda exterior inferior a la prevista debido a la "fragmentación parlamentaria".

Portugal también está expuesto a los riesgos climáticos, que pueden tener un impacto negativo mayor de lo previsto en las métricas fiscales.

Moody's también argumentó que un mayor crecimiento podría verse respaldado por una ejecución "más eficaz" de los proyectos de inversión y las reformas macroeconómicas vinculadas al Plan Nacional de Recuperación y Resistencia (PRR).

La agencia de calificación financiera Scope también decidió mantener la calificación de Portugal en "A".

En esta decisión influyó la "reducción sustancial de la deuda pública", respaldada por un historial de política fiscal prudente y mejoras en la resistencia económica.

En noviembre, la agencia había elevado la calificación a largo plazo de Portugal a "A" y cambiado la perspectiva a "estable".

Este año, tanto DBRS como S&P mejoraron la calificación de la deuda soberana en sus revisiones, que tuvieron lugar incluso antes de la crisis política, mientras que Fitch mantuvo la calificación de Portugal en "A-".

El "rating" es una evaluación otorgada por las agencias de calificación financiera, con un gran impacto en la financiación de países y empresas, ya que evalúa el riesgo de crédito.