En un artículo publicado en la revista Science, un equipo de investigación de Google e investigadores de la Universidad de California en Berkeley y la Universidad de Harvard (EE.UU.) describen cómo implementaron el sistema "Android Earthquake Alert"(AEA) para teléfonos Android entre 2021 y 2024.

Los Android representan el 70% de los smartphones de todo el mundo y llevan incorporado por defecto un acelerómetro, que el sistema AEA utiliza en sus detecciones.

Según el artículo, durante el periodo analizado, el sistema detectó una media de 312 terremotos al mes en tiempo real, con magnitudes comprendidas entre 1,9 y 7,8, y envió alertas a usuarios de 98 países asociadas a 60 terremotos con magnitudes superiores a 4,5.

De media, los teléfonos Android enviaron 18 millones de alertas al mes entre 2021 y 2024, según datos del artículo, citados por la agencia española de noticias EFE.

Para evaluar la eficacia y la respuesta de los usuarios a estas alertas, los autores explican cómo el sistema recoge opiniones voluntarias a través de encuestas, que luego fueron analizadas.

Estas evaluaciones indican que el 85% de los destinatarios de los mensajes de alerta de Android sufrieron terremotos. De ellos, el 36% recibió la alerta antes de notarlos, el 28% durante el seísmo y el 23% después de que éste comenzara.

Los expertos explican que en cuanto se produce un terremoto (fenómeno que no puede predecirse), las ondas sísmicas comienzan a propagarse desde el epicentro, detectándose en la superficie terrestre y midiéndose con sismómetros.

Los investigadores implementaron una aplicación en el sistema Android que, mientras el teléfono está en reposo, si el acelerómetro detecta el paso de ondas de tipo sísmico, envía un mensaje a los servidores de Google con la ubicación e información del teléfono.

Cuando los servidores reciben esta información de varios teléfonos, se utilizan como una especie de red sismométrica básica que permite determinar la ubicación del origen del terremoto y su magnitud.

Google utiliza esta información para enviar una alerta a todos los teléfonos situados en la zona potencialmente afectada, de forma similar a como envían alertas los organismos de Protección Civil de varios países.

Dado que las ondas sísmicas se propagan a gran velocidad, en cuestión de segundos, los criterios para enviar una alerta son automáticos y no dependen de la decisión de enviarla, como ocurre, por ejemplo, con los mensajes de Protección Civil.

Los autores del estudio afirman que "creen que el sistema apoya los esfuerzos por mejorar la detección con una recopilación de datos rápida y a gran escala y la retroalimentación a los algoritmos."

"En una proporción significativa de casos, especialmente en los más alejados del origen del terremoto, la alerta telefónica llega antes que las propias ondas sísmicas, dando al receptor unos segundos para protegerse", explica Galderic Lastras, geólogo de la Universidad de Barcelona, en una respuesta recogida por el Centro de Medios Científicos(SMC España).