Montenegro admitió que el impuesto reducido para la construcción de viviendas de alquiler de hasta 2.300 euros puede parecer un poco alto, pero argumentó que se trata de un "máximo" y que se pretende cubrir la construcción de viviendas para familias en zonas con mayor presión, como el área metropolitana de Lisboa y Oporto.
Este régimen fiscal, explicó, estará en vigor hasta 2029.
"Es una política de choque; queremos sacudir los mercados de la construcción y del alquiler", dijo.