Los datos, a los que ha tenido acceso Lusa, también muestran que en 2023, cuando el Servicio de Extranjeros y Fronteras(SEF) dejó de funcionar y la PSP (Policía de Seguridad Pública) asumió el control de pasajeros en las fronteras aeroportuarias, 9,7 millones de personas procedentes de fuera del Espacio Schengen pasaron por el aeropuerto de Lisboa, cifra que aumentó a 10,6 millones en 2024 y, este año, las estimaciones apuntan a un nuevo aumento hasta cerca de 12 millones.

Según los datos, los pasajeros de fuera del Espacio Schengen -aquellos que no pertenecen al espacio europeo de libre circulación de personas y mercancías y que necesitan pasar un control fronterizo- representaron el 19% del total de personas que pasaron por el aeropuerto de Lisboa en 2021, porcentaje que se eleva a más del 30% en 2025.

En esos cinco años, se ha producido un gran aumento del número total de pasajeros en el aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa, que era de 12,1 millones en 2021 y ya ha alcanzado los 36 millones este año.

El aumento de pasajeros que necesitan pasar por el control fronterizo no ha ido acompañado de un aumento de las infraestructuras.

Según los datos presentados esta semana por el ministro de Administración Interna en el Parlamento, el aeropuerto de Lisboa cuenta con 16 puntos de control manuales y 14 'e-gates' (puertas tecnológicas de lectura biométrica) en llegadas, y 14 puntos manuales y 14 'e-gates' en salidas.

Tiempos de espera

Los tiempos de espera en el aeropuerto de Lisboa han sido elevados, con colas que alcanzan las seis horas, y el nuevo Sistema de Entrada/Salida (SES) está contribuyendo a esta situación, además del aumento del número de pasajeros.

El nuevo sistema europeo de control de fronteras para los ciudadanos extracomunitarios entró en funcionamiento el 12 de octubre en Portugal y en el resto de países del Espacio Schengen, y desde entonces los tiempos de espera han empeorado, especialmente en el aeropuerto de Lisboa, donde los pasajeros tienen que esperar a veces varias horas.

Esta situación llevó al Gobierno a crear a finales de octubre un grupo operativo de emergencia para gestionar esta crisis.

Desde el 10 de diciembre está en marcha la segunda fase con la recogida de datos biométricos, que consiste en obtener fotografías y huellas dactilares de los pasajeros, lo que complica aún más la situación.

Una fuente relacionada con el sistema también dijo a Lusa que las colas en el aeropuerto de Lisboa son un problema estructural que ya existía cuando el SEF (Servicio de Inmigración y Fronteras) controlaba las fronteras aéreas, con tiempos de espera relacionados con la concentración de vuelos y pasajeros al mismo tiempo, sobre todo por la mañana.

Para hacer frente a esta situación, el Ministerio de Administración Interior reforzó el aeropuerto de Lisboa con 80 agentes de la PSP (Policía de Seguridad Pública) durante los próximos 15 días para garantizar el funcionamiento regular del control de fronteras y la seguridad durante el periodo punta.

La ministra justificó este refuerzo durante Navidad y Año Nuevo para evitar la "terrible experiencia" de las colas registradas esta semana, que, según Maria Lúcia Amaral, "alcanzaron proporciones insostenibles".

La Policía de Seguridad Pública cuenta actualmente con 540 agentes en el aeropuerto de Lisboa, 230 de los cuales se encargan del control de las fronteras.

La semana pasada, un equipo de la Comisión Europea estuvo en el aeropuerto de Lisboa para realizar una evaluación "sin previo aviso" de las condiciones de seguridad en las fronteras aéreas y marítimas portuguesas, y por el momento se desconocen las conclusiones.