Según un informe de Lusa, no se sabe qué pasó con el animal durante el tiempo que estuvo desaparecido ni cómo llegó a la aldea del distrito de Braganza, sólo que fue el hecho de que tuviera un chip de identificación, y que alguien pensara en comprobarlo, lo que permitió que el perro fuera finalmente devuelto a sus dueños.

"Rezamos todos los días para que volviera a casa", dijo Tina Riley, la dueña de Scruffy, que vio sus oraciones respondidas el 19 de octubre, cuando una señora la llamó para preguntar si el perro era suyo.

La familia quiso viajar inmediatamente desde Cabeceiras de Basto a Carrazeda de Ansiães, pero era demasiado tarde, así que el reencuentro tuvo lugar a la mañana siguiente, a 110 kilómetros de casa, en la aldea de Pinhal do Norte, en Carrazeda de Ansiães.

Tina Riley vive en un lugar aislado, cerca de Cabeceiras de Basto, y no sabía cómo había desaparecido el perro de la propiedad familiar. Dijo a Lusa que no estaba segura de si a Scruffy se lo había llevado alguien o se había perdido, sólo que Scruffy llevaba desaparecido desde enero.

Cómo apareció Scruffy a más de cien kilómetros de casa es un misterio que aún no se ha resuelto.

El animal apareció hace unos días cerca del pueblo de Trás-os-Montes, Pinhal do Norte, y fue acogido por una familia de la zona.

La asociación local ALDEIAVERDE fue clave para reunir a Scruffy con su dueño y ya está acostumbrada al abandono de animales en esta zona, ya que el pueblo está situado junto a la IC5, la carretera que conecta Oporto y Braganza.

En la página de Facebook de las asociaciones escribieron sobre la increíble suerte de Scruffy que le tocó el "premio gordo canino"

"Diez meses después de ser robado, o de alguna manera sacado de su casa en Cabeceiras de Basto, ¡Scruffy se reunió con sus dueños!

"Scruffy apareció en el pueblo de Pinhal do Norte / Carrazeda de Ansiães, a 110 km de su casa. No sabemos qué pasó y nunca lo sabremos, pero un factor de este reencuentro fue ¡EL CHIP!"

La asociación añadió: "Nos informaron de la presencia del perro (que ya había sido recogido por una familia), fuimos a comprobar la existencia de un chip y... ¡A Scruffy y sus dueños les tocó el premio gordo canino!".

"La moraleja de la historia: ¡¡¡Chip en tus animales SIEMPRE!!!"