Según un informe de ECO, el importe es inferior a los 657,7 millones registrados a finales de junio, pero fue considerado un asunto relevante por el auditor y objeto de una nota. PwC recuerda que "a raíz de los impactos de la pandemia de COVID-19 en el sector del transporte aéreo, el grupo [TAP] sufrió una reducción significativa de su actividad en 2020 y 2021, como resultado de una fuerte caída de la demanda y la imposición de restricciones de los organismos gubernamentales a la circulación aérea, lo que llevó a la cancelación de varios vuelos".

Las cancelaciones que generaron una obligación de prestar el servicio en el futuro o una obligación de reembolsar el valor del billete, supusieron 643,6 millones a finales de diciembre, 41,6 millones más que en 2020. De ese total, 438,69 millones corresponden a billetes no volados y 203,9 millones a bonos.

TAP recuerda en su memoria y cuentas que "en el ejercicio de 2020, el consejo de administración revisó la política de utilización de los documentos de vuelo pendientes, concretamente en lo que se refiere a la posibilidad de cambiar la reserva de los billetes sin coste adicional y al reembolso de los billetes en vales con aumento y ampliación de la fecha de caducidad". Una decisión que, unida a la anulación de viajes por la pandemia de Covid-19, se tradujo en un aumento de las responsabilidades registradas.

Millas aéreas

El auditor subraya que aún existen créditos asociados al programa "TAP Miles&Go": "el pasivo asociado al programa de fidelización de clientes, a 31 de diciembre de 2021, asciende a 41 millones de euros". También recuerdan que en 2020 el grupo "optó por ampliar la validez de las millas concedidas a los clientes en 12 meses, habiendo actualizado, en consecuencia, las hipótesis asociadas al cálculo de esta estimación".

PwC destaca el informe y las cuentas, donde llama la atención sobre los factores de incertidumbre que pueden tener un impacto material en la futura actividad operativa del Grupo TAP SA, a saber, las condiciones de aprobación del plan de reestructuración por parte de la Comisión Europea, la futura supervisión por parte de la Comisión Europea en cuanto a su cumplimiento, los impactos de la evolución de la pandemia del Covid-19 y el conflicto en Ucrania en el sector del transporte aéreo.

El lunes 11, TAP presentó un aumento de las pérdidas hasta los 1.599,1 millones de euros en 2021, superando los 1.230 millones de 2020. Una cifra que, aun así, está por debajo de los 1.750 millones previstos en el plan de reestructuración.