Según un informe de la OCE, hasta septiembre los costes de explotación de las empresas, medidos por el índice de precios al productor, registraron un aumento medio del 20%. La última vez que se produjo un aumento anual tan brusco de los precios de producción fue en 1983, cuando los precios de producción subieron un 36%, según datos de la OCDE.

El Instituto Nacionalde Estadística (INE) anunció que la tasa de variación interanual del Índice de Precios de Producción Industrial (IPPI) aumentó un 19,6% en septiembre (22,4% en el mes anterior), "manteniéndose la fuerte influencia de la evolución de los precios de la energía y de los bienes intermedios".

Por otro lado, la tasa de inflación media, medida por el índice de precios de consumo armonizado (IPCA), acumula una subida del 7% respecto al valor medio de 2021. Esto significa que este año las empresas han gastado, de media, algo más de un tercio (35%) del aumento del coste de sus operaciones para el consumidor.

El año pasado, la tendencia fue la misma: mientras el IPCA aumentó un 1%, el IPPI creció un 9%. Esto significa que, en los dos últimos años, sólo el 23% del aumento de los costes de producción ha repercutido en los bolsillos de los consumidores. Estas cifras también indican que, desde 2020, las empresas están reduciendo sus márgenes para adaptarse al aumento de los costes.