PRO.VAR, la asociación nacional de restauración, teme que la ausencia de medidas específicas de apoyo al sector se traduzca en "miles de cierres" y "decenas de miles de parados". La temporada navideña, que se aproxima, parece traer "excelentes expectativas", ya que "están apareciendo muchas reservas" y los clientes "parecen dispuestos a pagar un poco más", pero la preocupación está en 2023 y en el aumento de costes que se avecina, concretamente con la subida del salario mínimo, según Dinheiro Vivo.

Daniel Serra, presidente de la asociación, reconoce que el sector de la restauración viene de un verano en el que la facturación estuvo "por encima de la media", sin embargo, asegura que, con la "enorme presión" ascendente, "los empresarios nunca han tenido que hacer tantas cuentas e incluso recurrir a la ayuda técnica" para llegar a los valores finales de los precios al consumidor. Los resultados netos "no son los esperados" y la asociación teme que, dado que, por su naturaleza, es un sector que recibe dinero en efectivo, pero los pagos son diferidos, muchos empresarios "sólo se den cuenta del agujero financiero a final de año".

Según PRO.VAR, los restaurantes se enfrentan a subidas de entre el 50 y el 100% en la factura energética y de entre el 25 y el 30% en las materias primas. Y con los costes de personal "al alza", ya que la falta de recursos humanos obliga a "aumentar los sueldos y dar otras prebendas", como más tiempo libre, para retener a los trabajadores. Aun así, "muchos restaurantes no pueden trabajar hoy a pleno rendimiento por la falta de trabajadores".

A Daniel Serra no le sorprenden los datos avanzados por Kantar, en un reciente estudio, que muestran que, en cada visita a los restaurantes, las familias están gastando de media un 15% más que en el primer semestre de 2019.

"Este incremento existe, pero debería ser mucho más, del orden del 25 o 30%", asegurando que los restaurantes están "absorbiendo parte de los costes", pero que esto les pone en el camino de una "tormenta perfecta", ya que, con el fin del verano, hay menos clientes, sobre todo extranjeros.