La Confederación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia(Confap) también ha manifestado su preocupación por el normal funcionamiento de los colegios y por la evaluación de los alumnos ante las huelgas de profesores, sin cuestionar la legitimidad de los paros, pero poniendo en duda las vías elegidas por los docentes.

"Reafirmamos que no cuestionamos la legitimidad de hacer huelga, pero no podemos dejar de preocuparnos, y esta es nuestra principal responsabilidad, por el aprendizaje y por las condiciones socioeducativas de las familias. Cualquier alteración en el normal funcionamiento de los centros educativos tiene un mayor impacto en las familias y alumnos más vulnerables y este tipo de huelga penaliza aún más a estas familias y alumnos", señala Confap, en una nota enviada a Lusa.

La confederación subraya que éste "es un periodo esencial para el aprendizaje y la evaluación" y que "los jóvenes tendrán en breve exámenes, de los que depende su futuro".

"Todos comprenderán que está en juego mucho más que el presente, es todo un futuro, el de los jóvenes y el nuestro, como sociedad, que requiere decisiones muy meditadas, asertivas y valientes sobre lo que está ocurriendo en nuestros centros", añadiendo que "lo que se exige al Ministerio de Educación es que garantice todas las condiciones para que el derecho a la Educación se cumpla, mientras el derecho a la huelga se ajusta a la normativa vigente".

Para la CONFAP, es el momento de repensar la enseñanza y apostar claramente por la escuela pública como pilar esencial de la sociedad, lo que "exige una negociación consciente entre las partes, teniendo en cuenta el interés superior de los niños y jóvenes".

El Sindicato de Todos los Profesionales de la Enseñanza(STOP) inició el 9 de diciembre una huelga indefinida, que debería durar al menos hasta finales de mes.


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