Según la ONGD, esta práctica, que ha aumentado en los últimos años, supone una "amenaza real para la regeneración natural de estas zonas sensibles, comprometiendo el equilibrio de todo el sistema costero".

"La destrucción de dunas provocada por la equitación es una de las nuevas amenazas que está poniendo en riesgo los sistemas dunares del litoral alentejano", denuncia la organización, que realiza periódicamente operaciones de descontaminación a lo largo de todo el año en los más de 60 kilómetros de arenal entre Tróia y Sines.

A pesar de admitir que hay "signos visibles de una disminución constante de los residuos recogidos en los últimos años", las cabalgatas en las zonas dunares preocupan a la Brigada del Mar.

"Es fundamental una mayor concienciación y responsabilidad en el uso de la franja costera. Cuando los caballos deambulan por la vegetación dunar, destruyen las raíces y compactan el suelo, dificultando la recuperación y agravando la erosión, además de suponer una amenaza para la nidificación de las aves", advierte Simão Acciaioli, responsable de la Brigada do Mar.

Según esta organización, el complejo dunar es "esencial para la preservación de la biodiversidad y actúa como barrera natural contra la erosión marina, protegiendo las playas y los ecosistemas costeros", por lo que su destrucción podría tener "impactos irreversibles, tanto en la fauna y flora locales como en la propia estabilidad del litoral".