Su padre, Johann Heinrich Schervier, era propietario de una fábrica de agujas y vicealcalde de Aquisgrán. Su madre, Maria Louise Migeon, era ahijada del emperador Francisco I de Austria. A los trece años, tras la muerte de su madre y sus dos hermanas por tuberculosis, Frances asumió el papel de ama de casa de su padre. Durante este tiempo, se concienció profundamente de las desesperadas condiciones de los pobres y adquirió fama de generosa, vendiendo a menudo plata de la familia y utilizando el dinero de su dote para ayudar a los necesitados.

Despertar religioso En 1837, un renacimiento religioso en Westfalia y la región del Rin -provocado por el encarcelamiento del arzobispo de Colonia- llevó a la formación de una sociedad de ayuda a los pobres en Aquisgrán. Francisca se unió a este grupo con el permiso de su padre, aunque más tarde éste expresó su preocupación cuando ella comenzó a atender a los enfermos en sus casas. También trabajó estrechamente con Joseph Istas, coadjutor de la parroquia de San Pablo y fundador de la "Cocina de San Juan" para los pobres, hasta su prematura muerte en 1843.

Fundación de las Hermanas Pobres de San Francisco en 1844, Frances y otras cuatro mujeres se convirtieron en miembros de la Tercera Orden de San Francisco. Tras la muerte de su padre en 1845, e inspiradas por la experiencia religiosa de una amiga, Francisca y sus compañeras establecieron una comunidad religiosa el 3 de octubre de 1845, dedicada al cuidado de los pobres. Esta comunidad se convirtió en el núcleo de las Hermanas Pobres de San Francisco. Cuidaban de los enfermos, tenían un comedor social y atendían a mujeres marginadas, incluidas prostitutas y enfermas de sífilis, a menudo ellas mismas en situación de extrema pobreza.

Crecimiento y reconocimiento La congregación recibió el reconocimiento eclesiástico oficial el 2 de julio de 1851, a pesar de las objeciones a la estricta postura de Schervier sobre la pobreza personal. En siete años se expandieron al extranjero, estableciendo una fundación americana para servir a las comunidades de emigrantes alemanes. Frances también supervisó la fundación de hospitales y sanatorios en Europa y Estados Unidos, especialmente para enfermos de tuberculosis.

Legado A su muerte, el 14 de diciembre de 1876, su congregación contaba ya con 2.500 miembros en todo el mundo. En 1959, la provincia estadounidense de la congregación se separó para convertirse en las Hermanas Franciscanas de los Pobres independientes.