Según la Agencia de Noticias Lusa, la "norma es la prohibición de ferias y mercados, a menos que el alcalde lo permita". Para que estas ferias se lleven a cabo, "las condiciones de seguridad y el cumplimiento de las directrices definidas por la Dirección General de Salud" deben ser aún verificadas.

La prohibición anunciada el 31 de octubre fue objeto de críticas por parte de los comerciantes e incluso de algunos alcaldes, que incluso amenazaron con protestas en Lisboa.

La Asociación de Ferias y Mercados de la Región Norte consideró que la suspensión de las ferias y mercados era "injusta" y sería "catastrófica" para miles de familias y empresas.