¿Por qué sucede esto? Conocen las reglas gramaticales y las conjugaciones de los verbos, tienen un vocabulario decente, e incluso pueden entender la mayor parte de lo que escuchan. Sin embargo, cuando se trata de hablar, están bloqueados por la incertidumbre y el perfeccionismo.

La vulnerabilidad y la ambigüedad que conlleva la práctica de un idioma puede resultar abrumadora. A veces esto está relacionado con la ansiedad generalizada, pero también puede ser ansiedad situacional, específica de hablar portugués (o cualquier otro idioma). A menudo se debe al miedo: de no ser entendido, de ofender a alguien, de parecer estúpido o de causar una mala impresión.

Parte de la razón por la que el lenguaje es tan conmovedor es que está profundamente ligado a lo que somos como individuos. La forma en que te comunicas con los demás es la forma en que te representas a ti mismo ante el mundo. No sólo estás aprendiendo portugués; estás tratando de incorporar el portugués en tu vida y en tu persona.

Las palabras que eliges, el tono de voz, el nivel de formalidad: estos componentes del lenguaje pueden ser estudiados y comprendidos, pero aplicarlos en el mundo real es más complicado. Como principiante, aún no tienes las sutilezas que te ayudan a tener tacto, ser educado o mostrar preocupación. En tu lengua materna, sabes ser firme sin ser agresivo, amigable pero no coqueto, serio pero no aburrido, divertido pero no ofensivo, etc. Así, la comunicación en un segundo idioma comienza más como un acto, más que como una auto-expresión.

La ansiedad que rodea a esta desconexión provoca un cambio en la actividad cerebral, lo que a su vez afecta a la capacidad de comunicarse eficazmente. La ansiedad aumenta la actividad en las áreas involucradas en la respuesta al peligro y suprime las partes del cerebro necesarias para procesar el lenguaje. Así que en lugar de formular claramente una respuesta, el cerebro está ocupado tratando de evitar una amenaza imaginaria. En consecuencia, se encuentra con problemas de atención, memoria a corto plazo, búsqueda de palabras e incluso coordinación de los músculos de la boca para producir el habla.

Afortunadamente, hay muchas maneras de abordar este problema, que van desde las técnicas de reducción de estrés, a la construcción de habilidades específicas, a la utilización de las estrategias de comunicación adecuadas. ¿Qué miedos te hacen congelar?

Para saber más sobre el aprendizaje del portugués y para ver una lista de estrategias compiladas para comenzar a superar el congelamiento, visita: practiceportugese.com/freeze.