Cuando me devolvían los exámenes corregidos, en mi rincón de la clase me rodeaban un alemán, un francés, un par de británicos y un sudafricano, todos ellos comparando con entusiasmo sus mejores notas. Yo movía tímidamente el codo para cubrir mi nota con una expresión fija de la-di-da que enmascaraba mi incomodidad por no haberla obtenido.

Por aquel entonces, llevaba seis meses en Portugal y estaba ansiosa por meterme de lleno en el idioma. Rechacé el "es un idioma difícil" que casi todo el mundo soltaba cuando mencionaba que iba a empezar las clases. En general, la mayor simpatía procedía de los portugueses, que solían compartir sus amables sentimientos en un inglés fluido y perfecto.

Pero yo no quería reconocer la dificultad: ¿adónde iba a ir con eso? Así que, luchando durante tres meses y tres exámenes más tarde, conseguí aprobar el curso de portugués para extranjeros de nivel A-1 que el gobierno ofrece generosamente a los inmigrantes de forma gratuita.

¿Está pensando en tomar clases?

Quiero compartir algunas cosas que aprendí en mi camino hacia el portugués de los saludos, las despedidas, las gracias, las disculpas y el café con leche. Sugiero que estos puntos que voy a mencionar no sean razones para retrasar el aprendizaje del portugués. Por el contrario, considéralos como formas de aliviar cualquier sentimiento de culpa que puedas tener por tu indecisión a la hora de empezar.

Mi profesora de portugués, Raquel Gonçalves, es optimista, divertida y me apoya. Ella misma es una estudiante seria que está terminando su doctorado en la enseñanza del portugués a los refugiados, un grupo desesperado de personas que huyen a un lugar seguro y buscan asimilarse rápidamente a la cultura portuguesa. Es una situación muy distinta a la mía, como estadounidense rodeada de portugueses que hablan inglés, en la que, francamente, es fácil dejar pasar mis lecciones. No obstante, tengo claro que Raquel aplica su compasión por igual a todos sus alumnos, independientemente de sus circunstancias. Aceptó sentarse conmigo para ofrecerme su punto de vista y orientación sobre los estadounidenses que aprenden portugués y los retos particulares que ello implica.

Créditos: Imagen suministrada; Autora: Becca Williams;

Los estadounidenses no están presionados para aprender otros idiomas

Raquel señala que los estadounidenses no tenemos tradición de aprender otras lenguas, por lo que, en general, no hemos cultivado la aptitud para el aprendizaje de idiomas. Esto contrasta con Europa, por ejemplo, donde la proximidad de los distintos países europeos fomenta el aprendizaje de otras lenguas.

Como estadounidense, también puedo añadir lo obvio de que es probable que nos volvamos complacientes sabiendo que, por suerte para nosotros, el inglés es el gran denominador común y es la lengua de negocios utilizada en todo el mundo. Como estadounidenses, estamos empapados de películas y música en inglés. Piense en ello. En Estados Unidos, para ver una película extranjera, normalmente tenemos que desviarnos de nuestro camino para encontrar una sala de cine independiente.

En Portugal ocurre lo contrario y, como señala Raquel, los portugueses están inmersos en el cine y la música de Estados Unidos, lo que favorece su proceso de aprendizaje del idioma. (Me sorprende la frecuencia con que en las tiendas de comestibles, los restaurantes y las tiendas de los centros comerciales las melodías americanas son el fondo musical).

Aparte de eso, Raquel señala que, en general, los portugueses suelen hablar muy bien otros idiomas porque su lengua materna incluye muchos sonidos diferentes compuestos por un complejo sistema vocálico. De ahí que su dominio del portugués les dé ventaja para aprender otros idiomas. ¿Se ha dado cuenta? Muchos portugueses no sólo hablan inglés, sino también francés, alemán y español.

De hecho, mis amigos y conocidos portugueses de habla inglesa mencionan de pasada lo fácil que les resultó aprender inglés. A mí me hace gracia, porque fui reportero y presentador de televisión y me enorgullecía de dominar el inglés. Pero bueno.


Empieza con las lecciones adecuadas y los pequeños detalles...

Raquel dice que, para los estadounidenses, especialmente los que acaban de empezar, es beneficioso tener un profesor que hable inglés para poder traducir de un lado a otro y obtener así todo el contexto en inglés. Cree que, al principio, nos resulta más fácil aprender así que si el profesor nunca traduce para los alumnos. Creo que es cierto, ya que he oído a muchos inmigrantes estadounidenses decir que abandonaron las clases de idiomas porque estaban perdidos con un profesor que no traducía.

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Mientras decides si (o cuándo) vas a empezar las clases de idiomas, Raquel nos ofrece consejos para sumergirnos en el agua de la lengua portuguesa. Dice que escuchar la música del país es una forma estupenda de entrar en contacto con el idioma, ya que nos acostumbra a los diferentes sonidos, aunque no los entendamos. "Una forma muy agradable de entrar en contacto con la lengua", señala, "es escuchar la radio mientras se conduce o se ve la televisión portuguesa. También les digo a los alumnos que salgan a la calle e intenten reconocer algunas palabras sumergiéndose en una conversación, mientras están sentados al aire libre o comiendo en un restaurante."

Al final, aconseja, lo que realmente les gusta a los portugueses es que los extranjeros simplemente hagan un esfuerzo por decir algunas palabras en el idioma. "En la primera clase siempre enseño sobre los códigos sociales que utilizamos", me dice, "porque esto tiene un impacto cuando hablas con los portugueses. Ya sea en un supermercado o en un restaurante, nos gustan estas interacciones, así que saber lo básico es importante."

En mi clase de 20 alumnos, yo era el único estadounidense. Y cuando empecé a preguntar casualmente a mis compañeros cuánto tiempo llevaban en Portugal antes de tomar clases, la menor cantidad de tiempo era de unos 4 años; otros llevaban viviendo aquí más de diez años y por fin se habían puesto a aprender portugués en serio. Llámalo racionalización tonta, pero esto me permitió un suspiro de alivio sabiendo que la inmersión en la cultura es una dimensión útil incluso antes de que comiencen las lecciones formales.


Becca Williams practica portugués en Lagos, su nueva ciudad adoptiva en la costa sur de Portugal. Puede ponerse en contacto con ella en AlgarveBecca@gmail.com


Author

Becca Williams is originally from America but is now settling into small town living in Lagos, a seaside town on Portugal’s southern coast. Contact her at AlgarveBecca@gmail.com

Becca Williams