Este proyecto es un componente crítico de una iniciativa más amplia de hidrógeno verde de 1.300 millones de euros en Sines, que sitúa al país a la vanguardia de la transición energética en Europa.

El parque eólico de Silves, actualmente en fase preliminar de tramitación de la licencia ambiental, contará con treinta y dos turbinas de gran capacidad con una potencia combinada de hasta 224 megavatios (MW). Una vez terminado, rivalizará con toda la capacidad eólica existente en el Algarve y desempeñará un papel fundamental en el suministro de electricidad renovable a la planta de producción de hidrógeno ecológico de Sines.

La planta de hidrógeno, desarrollada mediante una asociación entre empresas portuguesas, holandesas y danesas, desplegará 500 MW de capacidad de electrólisis en su primera fase, produciendo hasta 51.000 toneladas de hidrógeno verde y 300.000 toneladas de amoníaco verde al año. El amoníaco se transportará a través del puerto de Sines para su uso industrial y marítimo en toda Europa, reforzando la situación estratégica y la ventaja logística de Portugal en la cadena mundial de suministro de combustibles ecológicos.

Con la vista puesta en la seguridad energética, los compromisos climáticos y el potencial de exportación, el proyecto representa un paso fundamental hacia la remodelación del panorama energético de Portugal. Aprovecha los excepcionales recursos naturales del país, con fuertes corredores eólicos en el Algarve y una elevada irradiación solar en todo el sur, para alimentar una nueva ola de innovación industrial centrada en los combustibles limpios.

Además, este proyecto ejemplifica cómo la infraestructura de energías renovables puede funcionar como multiplicador en todos los sectores económicos. Al integrar la generación eólica y solar con la producción de hidrógeno verde, Portugal está construyendo la columna vertebral de una base industrial descarbonizada que puede atender tanto las necesidades nacionales como los mercados europeos de gran demanda.

La Comisión Europea también ha reconocido la importancia del proyecto de hidrógeno de Sines, concediendo más de 245 millones de euros de financiación a través de la iniciativa del Banco de Hidrógeno de la UE. Este apoyo ayudará a cerrar la brecha de costes entre el hidrógeno verde y el hidrógeno tradicional derivado de combustibles fósiles, acelerando la viabilidad comercial de alternativas limpias.

Como parte de una posible segunda fase, las instalaciones de Sines podrían ampliar su capacidad de electrolización a 1.200 MW, triplicando prácticamente la producción de hidrógeno y amoníaco y elevando la inversión total a 2.800 millones de euros. Esta ampliación consolidaría aún más el liderazgo de Portugal en la economía europea del hidrógeno, abriendo las puertas a contratos a largo plazo y asociaciones energéticas más allá de sus fronteras.

Aunque el proyecto aún se enfrenta a obstáculos de evaluación ambiental, sobre todo por la proximidad de algunos emplazamientos de turbinas a zonas protegidas, los promotores han dado prioridad a la minimización del impacto y están trabajando en estrecha colaboración con los organismos reguladores. Las primeras evaluaciones indican que los emplazamientos elegidos se encuentran predominantemente en matorrales, por lo que se espera una alteración ecológica limitada.

En un contexto mundial en el que la resistencia a las energías limpias y la diversificación del suministro son prioridades absolutas, el papel emergente de Portugal como exportador de electricidad renovable e hidrógeno está cobrando impulso. Proyectos como MadoquaPower2X muestran el potencial del país para abastecer a la Europa industrial de combustibles bajos en carbono, al tiempo que impulsa su propia independencia energética y su prestigio tecnológico.

Al combinar una ambiciosa generación de energía renovable con una producción de hidrógeno escalable, Portugal no sólo está cumpliendo sus objetivos climáticos, sino que también se está labrando una posición estratégica en la próxima generación de mercados energéticos, ofreciendo una alternativa sostenible y lista para la exportación a la dependencia de los combustibles fósiles.


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Paulo Lopes is a multi-talent Portuguese citizen who made his Master of Economics in Switzerland and studied law at Lusófona in Lisbon - CEO of Casaiberia in Lisbon and Algarve.

Paulo Lopes