Más de la mitad de los jóvenes portugueses viven de cheque en cheque, según un nuevo estudio de la consultora Deloitte. El coste de la vida es la principal preocupación de los millennials y la Generación Z en Portugal, y muchos temen no poder ahorrar lo suficiente para garantizar la comodidad financiera en la jubilación.

Según la "Encuesta Gen Z y Millennial 2025" - basada en las respuestas de 23.000 jóvenes de 44 países, incluidos 400 en Portugal - el 52% de los jóvenes portugueses nacidos entre 1983 y 1994 (millennials) y el 54% de los nacidos entre 1995 y 2006 (Generación Z) dependen totalmente de su salario mensual, careciendo de un colchón financiero para imprevistos o emergencias.

Además, cerca de cuatro de cada diez (el 41% de los millennials y el 38% de la Generación Z) afirman tener dificultades para cubrir todos sus gastos básicos cada mes.

Ante este panorama, no es de extrañar que el coste de la vida aparezca como la principal preocupación de los jóvenes portugueses. "Este es el cuarto año consecutivo en el que esta cuestión figura entre las principales preocupaciones de los jóvenes portugueses", destaca Deloitte en un informe de ECO.

La consultora también destaca que, en estas condiciones, más de la mitad de los jóvenes portugueses temen no poder ahorrar lo suficiente para garantizar la comodidad financiera en la jubilación. "Entre los millennials, este miedo alcanza el 60%, frente al 44% global; entre la Generación Z, es del 54%, mientras que a nivel mundial es del 41%", detalla Deloitte.

Pero el presupuesto no es la única fuente de aprensión entre los trabajadores portugueses más jóvenes. El nuevo estudio identifica la salud mental, la inestabilidad política y los conflictos geopolíticos internacionales como otras preocupaciones clave para estos profesionales.

"La salud mental es un tema relevante para estas generaciones: El 45% de la Generación Z y el 50% de los millennials en Portugal afirman sentirse estresados o ansiosos la mayor parte del tiempo", señala Deloitte. "El futuro financiero a largo plazo es la principal fuente de ansiedad y estrés para el 55% de los jóvenes de ambas generaciones", observa la consultora.

El empleo también se reconoce como un factor que "contribuye en gran medida" a estos sentimientos, especialmente la sensación de falta de reconocimiento o recompensa adecuada, el exceso de horas y la cultura tóxica del lugar de trabajo.