"Nuestra opinión fue desfavorable a partir del análisis realizado por la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nueva de Lisboa. Este estudio, que encargamos para evaluar con exactitud el coste/beneficio de este proyecto, determinó aspectos que son muy preocupantes y que nos llevaron a tomar esta posición", declaró a Lusa Fátima Fernandes, alcaldesa de Montalegre.
El dictamen negativo fue aprobado por unanimidad en una reunión extraordinaria del ayuntamiento celebrada el lunes.
Los concejales de la oposición del PSD votaron a favor del dictamen negativo, reforzando su oposición a la minería en el municipio y su preocupación por el patrimonio agrícola, medioambiental y cultural.
La consulta pública sobre la mina de Borralha comenzó el 7 de octubre y se prolongó hasta el lunes, con 653 participaciones a través del portal Participa. El proyecto consiste en la explotación subterránea de wolframio en una zona minera desactivada desde 1986.
La decisión final sobre la Evaluación de Impacto Ambiental la tomará la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente(APA) y está prevista para enero de 2026.
'Del análisis del EIA hay aspectos que son muy preocupantes, en primer lugar el tema de las sustancias peligrosas que se van a utilizar y que podrían tener un impacto muy importante en la salud de las personas, pero también el tema del agua y de dónde se abastece, que no es preciso y que podría poner en riesgo este importante activo', dijo la alcaldesa.
Fátima Fernandes también enumeró la preocupación por la sostenibilidad de las galerías, ya que "ese territorio, como consecuencia de explotaciones anteriores, tiene galerías muy profundas y hay riesgo de hundimiento".
La limpieza
Otra cuestión importante, en opinión del alcalde, era la limpieza de los pasivos ambientales dejados por la minería del wolframio.
"Pero ni esa limpieza ni esa retirada se presentan de forma integral y total, como se esperaba, y eso podría ser una buena contrapartida, un buen punto de partida, por así decirlo, para este proyecto", dijo.
Fátima Fernandes concluyó que el análisis del EIA determinó "estos aspectos muy negativos", por lo que el dictamen tuvo que ser desfavorable.
La alcaldesa también dijo que la postura del ejecutivo sólo se adoptó después de que el ayuntamiento recibiera la versión definitiva del análisis encargado a la Universidade Nova de Lisboa.








