En lugar de producir un único folículo para liberar un óvulo, los ovarios producen múltiples folículos que no liberan óvulos, lo que conduce a la formación de múltiples quistes.

El síndrome de ovario poliquístico es una de las causas de infertilidad femenina y a menudo sólo se detecta cuando la mujer está intentando concebir.

Existen disfunciones metabólicas asociadas a este síndrome, como la resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia, que pueden evolucionar a diabetes mellitus de tipo II o diabetes gestacional. Además, pueden producirse complicaciones obstétricas, aumento del riesgo de eventos cardiovasculares y cáncer de ovario.

Hoy en día, sabemos que algunos cambios en el estilo de vida, como unos hábitos alimentarios más saludables, la práctica regular de ejercicio físico, dormir bien y mantener unos patrones de sueño regulares, pueden ayudar a aliviar este síndrome y prevenir algunas de sus complicaciones.

Una dieta desequilibrada provoca alteraciones en las bacterias intestinales -disbiosis intestinal-, lo que aumenta la permeabilidad intestinal y, en consecuencia, la inflamación. Dado que el sistema inmunitario interactúa con los receptores de insulina, se producirá un aumento de la producción de andrógenos por parte de los ovarios y, en consecuencia, alteraciones en el desarrollo folicular normal.

Los estudios han demostrado que la suplementación con ciertos probióticos y vitamina D mejora la flora intestinal y reduce la inflamación, la grasa corporal y la sensibilidad a la insulina.

También se sabe que ciertos tipos de dietas pueden mejorar la resistencia a la insulina, como la dieta mediterránea, que prioriza los alimentos antiinflamatorios ricos en polifenoles, como el aceite de oliva, los frutos secos, los cereales y algunas bayas, con niveles interesantes de resveratrol. Las dietas hipocalóricas y bajas en carbohidratos que priorizan alimentos de bajo índice glucémico, como ciertas verduras y frutas, también han mostrado resultados favorables en la mejora de la resistencia a la insulina.

Mantener unos buenos hábitos de sueño permite al organismo responder fisiológicamente a los estímulos ambientales, lo que se traduce en la producción de melatonina. En pacientes con SOP, hay una disminución de melatonina en el líquido folicular.

Esta hormona tiene varios beneficios en el SOP, en particular en la regulación hormonal y la mejora del ciclo menstrual. Existen algunos alimentos/nutrientes que pueden mejorar la producción de melatonina, como la vitamina D (luz solar matutina), el ácido fólico (presente en verduras de hoja verde como la col rizada, las espinacas, las judías, el pescado y los cacahuetes), el omega-3 (semillas de lino, semillas de chía, pescados grasos) y ciertos probióticos (como el kéfir).

Además de la dieta, también hay factores ambientales, como las toxinas, que desempeñan un papel importante en el SOP y su predisposición. Por ejemplo, los plásticos con Bisfenol A (BPA), se encuentran en algunas botellas de plástico (agua, por ejemplo) y otros recipientes utilizados para el almacenamiento de alimentos. Estas toxinas son disruptores endocrinos que afectan a la salud, y un contacto directo excesivo durante el embarazo puede causar alteraciones genéticas en el ADN del feto que afectarán a las generaciones futuras. Una buena estrategia puede ser utilizar biberones y recipientes de vidrio libres de BPA.

Por lo tanto, una dieta saludable rica en alimentos antiinflamatorios, buenos hábitos de sueño y ejercicio físico regular son esenciales para reducir las posibles complicaciones, controlar los síntomas y promover la buena salud de las mujeres con SOP, tanto si tienen intención de concebir como si no.

Este artículo ha sido escrito por la Dra. Marina Augusto Estêvão, Nutricionista del Hospital Particular do Algarve y de la Clínica Particular do Algarve, AlgarveShopping - Guia.

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