Las criaturas en peligro de extinción son numerosas, y la mayoría de nosotros ni siquiera las conocemos; parece que sólo conocemos las famosas, a menos que nos especialicemos en la extinción. Conocemos a los pandas gigantes porque su extinción prevista se ha hecho conocida y se están tomando medidas para preservarlos. Los rinocerontes de Java, tan tímidos y escurridizos que rara vez se ven en libertad, están en peligro crítico de extinción, ya que son la especie de rinoceronte más rara, y no hay ninguno en cautividad en ningún lugar del mundo.
Por todo el planeta hay pájaros, bichos, osos y muchas otras bestias que se tambalean al borde de desaparecer para siempre, y su conservación parece cada vez más difícil.
El Fondo Mundial para la Naturaleza y la UICN
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) llevan un registro de las criaturas probablemente condenadas a desaparecer y tienen la misión de conservar la naturaleza y reducir las amenazas a la vida en la Tierra.
Entienden que los problemas a los que se enfrenta nuestro planeta son cada vez más complejos y urgentes, y hacen todo lo posible por destinar sus recursos a proteger especies, lugares y comunidades vulnerables de todo el mundo.
Saola
Quería echar un vistazo a algunas que ni siquiera sabía que existían, y mucho menos que se están extinguiendo. El saola (pronunciado saw-la), por ejemplo, de las montañas Annamite de Laos y Vietnam, también está en peligro crítico. A menudo llamados el unicornio asiático por su rareza y su naturaleza escurridiza, parecen tan míticos como el unicornio de leyenda. Son una especie real de ganado salvaje, en realidad con dos cuernos paralelos, que los científicos descubrieron hace relativamente poco, en 1992. Se ven tan poco que ya están en peligro crítico, el último paso antes de la extinción. No existe ninguno en cautividad, y todo lo que sabemos de su existencia es por fotografías de cámaras trampa y unos pocos individuos capturados de corta vida.
Vaquita marina
¿Conocías la existencia de la Vaquita Marina (una diminuta marsopa del Golfo de California), de la que al parecer solo quedan 10 ejemplares? En 1997 se estimaba que había alrededor de 600, pero al parecer, un buen 90% de ellas se han perdido como consecuencia de la pesca insostenible e ilegal solo entre 2011 y 2016. La difícil situación de los cetáceos -ballenas, delfines y marsopas- en su conjunto queda ejemplificada por el rápido declive de la vaquita marina.
Abejorros
Creo que todos somos conscientes de que la pérdida de abejas y polinizadores podría tener un efecto desastroso para la vida, y un estudio realizado en el Medio Oeste de Estados Unidos muestra que al menos cuatro de las 16 especies de abejorros de esa zona se habían extinguido por completo, mientras que otras ocho se enfrentaban a la vulnerabilidad, siendo la agricultura intensiva y el uso de pesticidas los factores clave identificados para su declive.
Mariposas
La población occidental de la mariposa monarca ha disminuido hasta tal punto que los expertos predicen una probabilidad de extinción del 98-99% en un plazo de 60 años. Un informe de la Coalición de Especies Amenazadas señala a las monarcas como una de las 10 especies en peligro debido a los insecticidas, herbicidas y rodenticidas que se utilizan en cultivos, instalaciones comerciales e industriales, así como en viviendas y céspedes. Algunos herbicidas populares utilizados para combatir las malas hierbas en los jardines domésticos también matan el algodoncillo, del que dependen las monarcas no sólo como fuente de alimento, sino también donde ponen sus huevos. Portugal cuenta con el Programa Portugués de Seguimiento de Mariposas, un proyecto de ciencia ciudadana dirigido por TAGIS (Centro de Conservação das Borboletas de Portugal) para el seguimiento de las poblaciones y los hábitats de las mariposas.
¿Qué podemos hacer?
Proteger y restaurar los hábitats, apoyar prácticas sostenibles en la agricultura y el uso de la tierra, reducir los efectos del cambio climático y conservar las especies existentes. Tomar decisiones de consumo sostenibles para reducir los residuos, crear jardines respetuosos con la vida salvaje, apoyar a las organizaciones conservacionistas y participar en las labores de limpieza locales. Suena muy fácil, ¿verdad? Pero son decisiones humanas que sólo nosotros podemos tomar. Somos los únicos responsables y debemos abogar colectivamente por políticas que protejan nuestro medio ambiente.