Las posiciones de los presidentes de las dos confederaciones patronales se dieron a la entrada de la reunión del Diálogo Social, donde el Gobierno está presentando a los socios el proyecto piloto de la semana laboral de cuatro días.

"Lo que nos parece es que no era un tema prioritario para presentar en el Diálogo Social, después del acuerdo [sobre la renta y la competitividad] en el que hay muchos aspectos que aplicar", dijo el presidente de la CCP, João Vieira Lopes.

En cuanto al proyecto de la semana de cuatro días, Vieira Lopes dijo que no veía "ningún inconveniente en hacer experimentos", pero subrayó que "no se justificaba" una reunión del Diálogo Social "sólo para eso", ya que había cuestiones "que son prioritarias, como el problema energético" o la aplicación del acuerdo de renta firmado hace unas semanas.

El presidente del PCC consideró que puede haber empresas "con un perfil" adecuado para la implantación de la semana de cuatro días, como es el caso de las empresas "del ámbito de las tecnologías, de la cultura, de la creatividad, de la publicidad", pero prevé dificultades en las empresas de Atención al Cliente.

"Todo lo que tenga que ver con el horario de apertura al público, eso implicaría la contratación de más gente que, además de suponer un incremento de costes, existe el problema de que no hay gente [para contratar]", ha dicho.

"Prematuro"

El presidente de la CTP, Francisco Calheiros, también dijo que era "prematuro" hablar del tema, semanas después de la firma del acuerdo de ingresos y competitividad y en un momento en el que el Parlamento acababa de aprobar en general el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023, con la especialidad aún en discusión.

"Acabamos de firmar un acuerdo de competitividad y salarios para aumentar los salarios y, en este momento, cuando vamos a analizar un estudio que aumenta la semana laboral de cinco a cuatro días, es una disminución del 20% de la productividad. No veo cómo combinar estas dos situaciones", consideró Francisco Calheiros.

La secretaria general de la CGTP, Isabel Camarinha, subrayó que "la cuestión de la reducción de la jornada laboral es una vieja reivindicación" de la intersindical, que defiende un horario semanal de 35 horas para todos los trabajadores.

"[En] esta cuestión de la semana de cuatro días, no tenemos ningún problema, siempre que no tenga como condición el aumento de la jornada diaria, que es una conquista de los trabajadores de más de 100 años", dijo Isabel Camarinha.

Según la ejecutiva, la experiencia "no puede suponer un recorte salarial y debe implicar una reducción de la jornada semanal".